Un poco de mi historia…

Vengo de una familia de origen inmigrante, como tantas en Argentina. Mi abuelo llegó sin educación ni familia a Buenos Aires y formó la suya propia. Tuvo tres hijos y los mantuvo atendiendo día a día su tienda de hilos, botones y telas. Desde niña escuché las historias de la tienda, y a medida que fui creciendo, me preguntaba en qué había hecho que la tienda de mi abuelo no lograse crecer.

• ¿Por qué no había tenido sucursales?
• ¿Por qué no se expandía?
• ¿Qué le faltaba a mi abuelo para lograr crecer? ¿Capital? ¿Entender su negocio? ¿Confianza?

No tengo las respuestas, pero sí sé que mi abuelo quiso que sus tres hijos tuvieran más posibilidades que él, y por eso insistió en que se educaran. Mi papá siempre nos contaba de forma sencilla qué hacía que las empresas fuesen exitosas y qué cosas se lo impedían; nos contaba sobre socios y empresas familiares que fallaban por falta de acuerdos, sobre la visión que hacía que ciertos empresarios hiciesen cosas que cambiaban el mundo, y cada tanto nos llevaba a Disney y nos resaltaba la visión que Walt Disney había tenido como base de ese parque que representa, en mi familia, la capacidad que tenemos los humanos de crear.

Mi primer emprendimiento fue la venta de chocolates en sociedad con mi mejor amiga; ella era mi pata comercial. También vendí budines para abastecer el kiosco de mi universidad, que a su vez era impulsado por Tinivelli, uno de mis compañeros de camada. El 20 de febrero del año 2002 nació Tati, mi primera hija, mi primera gran maestra. Ese día entendí que yo haría cualquier cosa laboralmente, siempre y cuando pudiese permanecer cerca de ella para amamantarla y hacerla dormir cada noche. Y en el 2004 nació Clara, mi segunda hija. Vengo de un linaje de mujeres que apoyan a mujeres para que puedan ser mamás y crecer profesionalmente. Y así como mi abuela apoyó a mi madre, mi madre me apoyó incondicionalmente para que yo pudiese emprender y estar cerca de mi hija; también recibí el apoyo de mi padre, mi suegra y mi marido. Tuve un séquito de ángeles guardianes que me acompañaron y me apuntalaron en mi camino.