Como emprendedores, escuchamos y leemos de manera muy frecuente en charlas, mails y redes sociales que es muy importante definir nuestro propósito si queremos que nuestro negocio genere un gran impacto en las personas. Por eso suele ser una de las primeras tareas en la que trabajamos. Pero, la mayoría de las veces, lo definimos porque nos dijeron que hay que definirlo y después de un tiempo termina guardado en un cajón.
Esto sucede porque desconocemos cómo convertirlo en una herramienta que nos ayude a crecer como empresarios y, por lo tanto, a potenciar nuestro negocio.
En este artículo quiero acompañarte a definir un propósito que te guíe a crecer.
Existen dos propósitos que no debemos mezclar: personal y empresario.
¡Cuidado porque no es lo mismo! Es importante no confundirlos. Este es un error muy frecuente que solemos cometer al comienzo por no ver claro qué implica cada uno. Aunque uno te va a ayudar a lograr el otro, es importante definirlos por separado.
Propósito personal
Preguntate cuál es tu visión para tu vida. ¿A qué querés dedicar tu tiempo? ¿Cuáles son las obligaciones que te gustaría tener en tu día a día? ¿Cuáles son tus sueños? Es importante que puedas soñar en esta parte, pero soñar con los pies en la tierra.
Hacé una lista que luego vas a resumir en un enunciado que te recuerde esas aspiraciones a las que querés llegar.
Por ejemplo: Quiero disfrutar de mi trabajo, tener disponibles unas horas cada día para cuidarme haciendo ejercicio y crecer como persona capacitándome. También quiero disponer de algunas horas para cuidar de mis relaciones (mi familia y amigos).
¡Tu turno!
Propósito empresario
El propósito empresario se compone de 3 elementos: la visión, la misión y el propósito. ¡Hora de definirlos para que tu negocio siga creciendo!
Ejemplo: Estamos en el negocio de proveer asistencia de alto nivel en evaluaciones de performance para mandos medios y altos en empresas medianas y grandes en el sector financiero.
Ejemplo de empresa de seguros: Ayudar a nuestros clientes a recuperarse después del impacto de una pérdida inesperada.
¡Manos a la obra!
Es fundamental que tengas en cuenta que es clave para tu negocio definirlo, pero tampoco son cuestiones que se definan en una tarde. Tomate tu tiempo para reflexionar y una vez que definís tu propósito tanto personal como empresarial, sintiéndolos realizables y alineados con tus valores, empezá a practicarlo. Si es necesario ajustar en el camino, hacelo.
Lo más importante es que lo pongas en práctica en el día a día de tu vida y tu empresa para que nunca más ese propósito quede archivado en un cajón sin saber para qué sirve.
A partir de hoy, además de definirlo, empezamos a vivirlo.
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