Perfeccionismo: el freno más grande para avanzar en tu negocio.

Perfeccionismo: el freno más grande para avanzar en tu negocio.

¿Cómo evitar que te paralice?

El Paso 5 de nuestra secuencia, para empezar a pensar como un empresario, es el ponerse en acción. Pareciera ser el más simple, porque ya tenemos todo definido, tenemos nuestro plan trazado, sabemos lo que tenemos que hacer y solo hace falta... ¡hacerlo! Sin embargo, para muchos, es el paso más difícil.

¿Por qué? Porque entran en juego algunos actores invisibles, como el perfeccionismo, que no lo ves, pero está ahí muy presente poniendo freno a tu accionar.

Lo que parece simple, en realidad, es la parte más difícil.

Al igual que cuando nos invitan a una gran fiesta, pareciera ser más fácil elegir la ropa, maquillarse, peinarse y vestirse que llegar hasta la puerta y partir a la fiesta. ¿Por qué? ¡Si ya estamos listos! Desde una mirada objetiva, ya hicimos el trabajo más difícil y nos falta la parte más sencilla: dar unos pasos para subirnos al auto.

Pero claro… cuando empezamos a analizar la situación, nos damos cuenta de por qué ese momento que a priori parece ser el más simple, en realidad, es el más difícil. Porque mientras hacemos los primeros pasos que tienen que ver con prepararnos, tenemos todo bajo control. Somos nosotros con nosotros mismos. Estamos cuidados de las miradas de otros.

Pero al ponernos en acción, tomamos un riesgo. Al cruzar la puerta nos exponemos a la crítica. Nuestros pensamientos, análisis y acciones serán contrastados con la realidad y eso implica que podemos fallar.

En el caso de nuestro negocio puede ser una crítica hacia un producto o servicio en el que estuvimos trabajando, por ejemplo, o una falta de resultados: que no tenga la recepción que esperábamos.

Pero lo más complicado es que todo esto sucede a nivel inconsciente.

Nuestra mente tiene un poderoso mecanismo para “cuidarnos” de ese riesgo.

Para muchos de nosotros, el miedo a fallar es tan pero tan grande, que una de las estrategias que usamos para evitarlo, es evitar entrar en acción. Pero no es una decisión consciente en la que decimos: “mejor no hago nada así no me equivoco”. Es bastante más complejo que eso y por eso nos resulta tan difícil identificarlo para trabajarlo.

¿Cómo funciona entonces? Nuestra mente activa su poderoso mecanismo para “cuidarnos” de los riesgos: ponernos en modo perfeccionista.

Empezamos a revisar y revisar lo que hicimos. Borramos una palabra. Investigamos un concepto.  Dudamos.  Creemos que todavía no es el momento de lanzarlo porque hay detalles que pulir.  Desde ese perfeccionismo que parece inocente es desde donde evitamos a pasar a la acción.

Cómo hackear a nuestro cerebro para lidiar con el perfeccionismo.

Como toda emoción, el perfeccionismo no desaparece de un momento a otro. Pero si podemos aprender a convivir con él para evitar que ponga en pausa nuestros proyectos y, de esa manera, que nuestro negocio se ponga en marcha.

Porque poner en pausa un proyecto por demasiado tiempo podría significar lanzarlo tarde o, peor aún, que nunca vea la luz. Por eso te invito a que si el perfeccionismo te invade, reflexiones en estas tres líneas:

1. Buscá entrar en "acción de forma masiva imperfecta". El objetivo es que entres en el ciclo: hacer, observar el resultado, ajustar, hacer, observar el resultado y ajustar. Priorizar el “hacer y ajustar en el camino” para dejar de lado el perfeccionismo antes de lanzar.
2. Empezá a pensar que cada error es una oportunidad de aprendizaje. Cuanto antes acciones, antes vas a aprender y poder ajustar para alcanzar antes los resultados que deseas.
3. Escribí tus miedos. Es decir, escribí el peor escenario que podría suceder para ese proyecto en el que estás trabajando. “¿Y si lanzo y nadie me compra?” No pasa nada. De todas maneras nunca vas a vender si nunca lanzas. Al escribirlos vas a darte cuenta de que ese miedo que te frena, muchas veces, es ridículo porque de todas maneras ya estás donde no querés estar.

Así que si sos de ponerte en modo perfeccionista, ponete en alerta y reflexioná para que esos miedos no frenen el crecimiento tu negocio. ¡Hacé lo necesario para entrar en acción!

Los grandes empresarios no son los que nunca se equivocan sino los que tienen la suficiente flexibilidad para aprender de sus errores y la certeza de que son los mejores maestros para alcanzar los resultados que desean.