Cómo ponerle precio a tus servicios en 3 sencillos pasos

Cómo ponerle precio a tus servicios en 3 sencillos pasos

De todas las tareas que afrontamos día a día como emprendedores o empresarios, colocar precios es una de esas que después de intentarlo, sentimos inseguridad, nos paralizamos y la propuesta queda sin enviar.

¿Por qué nos resulta tan desafiante? Porque hay un componente emocional que entra en juego al intentar completar esta tarea: el miedo a poner un precio demasiado bajo que no cubra las horas de trabajo y el esfuerzo que invertimos en el servicio o, por el contrario, demasiado alto y que rechacen nuestro presupuesto, perdiendo la venta.

¿El resultado? Creo que ya lo sabés: postergás por días el envío de esa propuesta y cuando por fin te decidís a enviarla, el potencial cliente ya contrató a otro proveedor.

Cuando de vender se trata, no hay mucho espacio para las dudas. Por eso quiero darte claridad acerca de cómo definir tus precios con mayor seguridad con pasos precisos y simples de aplicar.

Los 3 pasos para... ¡Al fin definir tus precios!

Cuando proveemos servicios, puede ser que los vendamos a consumidores o a empresas.  En este artículo, vamos a ver conceptos e ideas que se aplican a ambos. Sin embargo, en próximos artículos vamos a profundizar más para cada caso en particular.

Pero paso a paso. No nos adelantemos tanto que si no nos abrumamos. Empezá aplicando estos 3 pasos para que veas con mayor claridad qué precios definir para tus servicios:

1. Averiguá cuál es el valor de mercado de este servicio.
   Es muy importante que investigues el valor de tu servicio en el mercado. ¿Cómo? Haciendo “mystery shopping”. Es decir, pedile a amigas o conocidos que soliciten cotizaciones en esos proveedores que sentís que tus clientes podrían interesarse porque tienen una oferta similar a la tuya o resuelven el mismo problema. Además de conocer sus precios, también vas a observar cómo ofrecen sus servicios.
   
   
2. Sé realista con tu “seniority”.
   En este punto necesito ser sincera y directa. Un diseñador recién recibido no puede cobrar lo mismo que un diseñador con años de experiencia. Entre un junior y un senior, los valores pueden multiplicarse x3, x5 y más también. Hacé el “mystery shopping” con profesionales de tu mismo seniority.
   
   
3. Conocé la sensibilidad al precio de tu cliente ideal.
   Si estás apuntando a emprendedoras que recién empiezan, sea cual sea tu experiencia, tus precios van a tener que ser accesibles. Si estás apuntando a clientes más maduros como empresas ya consolidadas, con más recursos, tus precios van a poder ser más altos.

Más allá del precio que coloques a tu servicio y el cliente al que te dirijas, siempre siempre siempre, es importante que expliques el valor de tu servicio. Con esto quiero decir que es indispensable que cuantifiques el impacto de tu servicio en tu cliente, qué aspecto de su vida vas a transformar y cómo. El resultado tangible que van a conseguir gracias a lo que vas a hacer por ellos. Esto te va a facilitar el cierre de tus ventas.

Espero que esta guía te sirva para avanzar con esta tarea pequeñita, en comparación con todo lo que tenemos que hacer para crear un negocio, pero que tanto desgaste mental nos ocasiona cuando desconocemos los pasos a seguir. Ahora… ¡Manos a la obra!