Comenzar tu negocio de cero, es posible. Te cuento un caso de éxito

Comenzar tu negocio de cero, es posible. Te cuento un caso de éxito

Hoy te traigo un caso muy especial de una clienta que eligió vivir como ella quería. Se animó a enfrentarse a lo desconocido y, lo más importante, apostó a ella misma. 

Hace apenas un año, la vida como empresaria no estaba dentro de los planes de Victoria Compagno. De hecho, se encontraba muy lejos de esa realidad. Aunque ni siquiera ella lo imaginaba, en solo 365 días, Victoria pasó de ser Directora de cuentas del negocio de alguien más a ser CEO de su propia empresa. En muy poco tiempo, cerró contrato con marcas reconocidas como American Express, Danone, Nutricia Bagó, Liliana Electrodomésticos y Banco Macro. Te suenan, ¿verdad?

Apuesto a que pensás que solo algunos “privilegiados” o “quienes tienen contactos” llegan a trabajar con empresas tan importantes. No quiero adelantarme, pero Victoria es una emprendedora que empezó de cero como vos y yo.

Muchas veces nos boicoteamos con nuestras propias creencias de que otros tienen más habilidades o facilidades que nosotros. Que no contamos con lo necesario para lograr lo que deseamos. Luego de ayudar a muchos emprendedores, puedo decirte que algunos cuentan con contactos y alguna que otra facilidad. Sin embargo, el éxito de un negocio nunca depende de esos factores externos.

Por otro lado, mentoreé a muchas personas que empezaron sin nada de esto y fueron alcanzando cada meta que se proponían (por ambiciosa que fuera). Como sé lo difícil que es callar esa voz, quiero inspirarte con la historia de Victoria. Porque aunque esta historia tiene el final que todos soñamos, el camino tuvo sus desafíos. Cuando Victoria elige emprender, se le presentaron varias dificultades que atrasaron su proyecto. Ella misma te lo cuenta así:

“Hacía más de dos años que había hecho el clic. Trabajaba en ventas en una empresa grande y me iba bien. Sin embargo, no era feliz. Sentía ganas de independizarme y ya había pensado el negocio. Pero en ese momento fallece mi padre, y al poco tiempo, ¡puf!, la pandemia. Fue un año de poner todo en pausa… ¡Menos mal que fue así! Eso me permitió conocer a Fabi, con quien empecé a trabajar en marzo de 2021.

A los cuatro meses, en julio de ese mismo año, renuncié a mi puesto como directora, y el 15 de septiembre comencé con mi marca de obsequios corporativos: Yellow & Co. En diciembre ya había cerrado contrato con empresas muy grandes”. 

¿Cómo no entusiasmarse con ese maratón de sucesos? Seguido a esto, Victoria cuenta que gran parte de haberlo logrado se lo debe al hecho de haberse tomado muy en serio el trabajo con Alumbralab.

Cuando las personas ven casos como el de Yellow&Co., suelen pensar que “es cuestión de suerte”. Como mentora de muchas empresas me animo a decir que puede aparecer la suerte, pero te tiene que encontrar trabajando.

“Mucha gente suele imaginar que es todo medio mágico y nada que ver. Es 100% trabajo. Fabi te manda mucha tarea y depende de vos comprometerte a full con eso. Vos podés tener una gurú de negocios brillante al lado, pero si no hacés el trabajo que te toca, los resultados no llegan.  Y eso me encanta de ella. De hecho, yo me abracé desde el vamos a lo que me proponía.

Leía y releía lo que me daba en cada sesión con mucha atención. Todo el material que trabajamos juntas en los encuentros terminó siendo una hoja de ruta para armar mi emprendimiento. Es como mi librito sagrado”, cuenta y ríe.

Acto seguido, detalla con ejemplos concretos ese trabajo conjunto:

“Fabi me sigue acompañado al día de hoy, pero en el momento de la creación del negocio fue clave. Me ayudó a definir un montón de aspectos, empezando por la hipótesis del negocio y la validación de esas ideas. Ella te acompaña para definir si lo que estás pensando como negocio, realmente existe como necesidad en el mercado. También te ayuda a medir el tamaño de esa oportunidad y a estudiar bien a la competencia. Y por último, a encontrar una solución que se ajuste a todo eso y a vos misma. Es una apoyo fenomenal”, comparte Victoria. 

Lo cierto es que amo las historias como la de Vic en la que tengo el privilegio de acompañar a empresarios comprometidos durante todo su proceso de crecimiento. La experiencia con mis clientes y, en este caso, la de Yellow&Co, revalidan mi propósito y también cómo lo hago. Completa Victoria:    

“Después de esa preparación, se vino la segunda etapa en la que trabajamos en tareas bien concretas: registrar la marca, crear y registrar la página web, armar la estrategia digital, aprender a cotizar agencias, saber a quién contratar y a quién no. Los medios de comunicación donde es prioridad estar, dónde conviene pautar, etc.” 

Hacer crecer una empresa de cero requiere en gran parte de entender que las soluciones mágicas no existen y enfocarse en dar esos primeros pasos concretos que el negocio necesita para empezar a convertirse en realidad.

“Ella es muy pragmática y enseguida te das cuenta de que, además, es muy experimentada. Decisiones que a mí me podrían tomar meses, son 15 minutos de una sesión con Fabi”.

Como dije antes, detrás de grandes historias, hay grandes sueños y mucho, mucho trabajo. Por eso, esto es solo el comienzo. Victoria continúa…  

“En este momento estamos elaborando el plan de negocios de este año y vamos muy en concreto a los números. Fabi tiene mucho ojo para identificar dónde están los costos que más se pueden mejorar. ¡Te ayuda a optimizar presupuesto como nadie! Es un placer trabajar con ella”, sentencia.

Por último, nos regala una pequeña (gran) anécdota que según ella grafica a la perfección el trabajo conjunto: 

“Una cosa que siempre me gustó de trabajar con Fabi es que no tiene un ‘estilo de madre’, no te anda detrás. Ella es superracional, entiende que sos una adulta que se compromete. Va al hueso y a mí eso me encanta. Pero, así y todo, nunca voy a olvidar el octubre pasado.

Al mes de haber lanzado mi negocio, recibí un WhatsApp de ella diciéndome: ‘Vic, sé que debes estar en un momento especial. Ahora es cuando vas a sentir un gran vacío, se libera tu agenda y empezás a habitar como nunca la incertidumbre. Es una etapa, no desesperes. Si querés, avísame y charlamos en breve’. 

En mi momento más crítico, ella no solo se anticipó a lo que me pasaba (que se parecía bastante a eso que había descrito), sino que estuvo ahí para darme una mano esencial. La verdad es que no lo esperaba. Me hizo sentir supercomprendida y contenida. No lo olvido más”.

Así como al comienzo afirmé que ni los contactos ni ninguno de esos factores externos determinan el éxito de un negocio, también me atrevo a decirte que rodearte de personas que ya están donde vos querés llegar y permitir que un mentor te guie, pueden acelerar tu crecimiento.

Sin embargo, recordá: las soluciones o fórmulas mágicas no existen. De nada sirve que contrates a un mentor si luego no aplicas sus consejos. El factor determinante de tu éxito siempre será tu compromiso y trabajo.

¡Gracias Vic por confiar en mí y ser parte de esta nota!