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En qué se parece viajar al Amazonas con crear un negocio

Apr 12, 2021

En qué se parece viajar al Amazonas con crear un negocio

Emprender un viaje a un sitio desconocido, que tiene sus particularidades y necesitás tener ciertos cuidados para disfrutarlo y preservar tu integridad física, es igual que emprender un negocio.

 

Emprender un negocio puede ser tan “salvaje” como viajar al Amazonas. Sin los conocimientos y herramientas adecuadas, nuestro emprendimiento puede convertirse en una fuente de estrés que afecte a nuestra salud. ¡Ojo! Con esto no quiero asustarte tampoco. No digo que no emprendas esta fantástica aventura que tantas satisfacciones trae. Digo que lo hagas tomando ciertas precauciones.

 

Así como para viajar al Amazonas tomarías la precaución de contratar a un guía que lo conozca tanto como a la palma de su mano, para emprender un negocio necesitamos un mentor adecuado que nos guíe en un camino que él ya recorrió. Te va a acompañar a hacer rentable y escalable tu negocio muchísimo más rápido, con menos tropezones y preocupaciones que si lo hicieras solo.

 

Como ya conoce el camino, sabe qué obstáculos se te podrían presentar. En momentos dónde tenés muchas dudas, un mentor te puede dar claridad.

 

Sin embargo, tenés que tener cuidado de conocer tus valores y tu definición de éxito para asegurarte de que el profesional que elijas pueda acompañarte en el camino que vos elegís, sin imponerse. Él ya vivió su aventura. Ahora te toca a vos vivir la tuya.  

 

En este artículo te comparto los cinco pasos para elegir el mentor perfecto para vos.

 

“¿Un guía? ¿Para qué?” La reacción de la que casi me arrepiento.

 

“Un mentor es alguien que ve más talento y más habilidades en vos que las que vos ves en vos mismo” - Bob Proctor

 

Hace varios años, con mi marido y tres parejas amigas, decidimos encarar un viaje para conocer el Amazonas. Al salir de Buenos Aires hacia Iquitos, Perú, yo estaba muy entusiasmada. ¡Iba a conocer Perú y también el Amazonas!

 

Mis amigos habían contratado un guía que nos acompañaría durante todo el viaje, pero a mí me parecía excesivo. Soy una viajera apasionada y pensaba que haber ido a Río de Janeiro o haber hecho trekking en las montañas de Bariloche era suficiente preparación para esta aventura. La única diferencia era que tenía que llevar muchos productos para evitar los mosquitos.

 

Aunque es verdad que necesitábamos ayuda para los viajes en barco o canoa para llegar hasta la parte más selvática, pero una vez allí, no entendía por qué no nos dejaban con las carpas dos o tres días y que nosotros acampemos con libertad. Por suerte, mis amigos no me hicieron caso.

 

Porque lo que yo no sabía era que una vez en nuestro destino, íbamos a tener que dejar nuestras zapatillas y cambiarnos a botas de goma, que los guías nos proveyeron, para evitar las picaduras de serpientes. Tampoco sabía que en la carpa, que era de una tela calada anti-mosquitos por el calor, teníamos que dormir lejos de la tela porque si nos mordía un murciélago podía darnos rabia.

 

Menos aún que existían las hormigas bala que si te picaban, había que extraer muy rápido el veneno porque si no te daban delirios y tenías que ir de urgencia al hospital. Creo que hasta ahora nunca te conté, pero soy bastante torpe y... Me tropecé contra el árbol lleno de estas hormigas y una, ¡me picó!

 

¡Por suerte llevábamos a un profesional preparado que rápidamente me sacó el veneno!

 

En ese momento terminé de aprender: hay ciertos caminos que siempre es mejor transitar con un guía.

 

De igual manera, el camino de los negocios: es siempre mejor transitarlo con un mentor experimentado.

 

Recordá esto: cuando se trata de mentores, menos es más.

A veces, empezamos a seguir en las redes a muchísimos mentores buscando aprender de cada uno de ellos. Pensamos que cuantos más mentores sigamos, más vamos a aprender.  Sin embargo, este es uno de los casos en los que “menos es más”.

 

Cuando seguimos a demasiados mentores, cada uno con su método, terminamos confundidos sin saber cómo pasar a la acción los muchos consejos (a veces opuestos) que escuchamos.

 

Los mentores suelen poner a disposición su conocimiento, ya sea en las redes, ya sea en encuentros uno a uno, en masterminds o en cursos.

 

En mi experiencia, es importante tener mentores en todos los estadíos de tu carrera profesional, o de negocios, porque siempre te dan perspectiva, te acompañan y como bien dice Bob Proctor: “suelen creer en vos aún más que lo que vos creés en vos mismo”.

 

Sin embargo, lo ideal es no seguir a más de dos o tres mentores a la vez y tener un solo mentor en encuentros uno a uno que va cambiando cuando va pasando el tiempo y cambia nuestro seniority.

 

Pero... ¿A quién o quiénes seguir?

Primero, armá una lista de las personas que admirás y las personas que considerás mentores en tu camino porque te inspiran, te motivan, te dan consejos útiles o te impulsan de alguna manera. Analizá cuáles de ellos ya lograron los resultados que vos querés, es decir, tienen el tipo de vida que soñás para vos. Andá tachando el resto, que no cumplan con este requisito, y quedate solo con los que sí lo cumplan.

 

Cuando tengas esta selección, empezá a seguirlos. Lee sus blogs, sus guías, tomá sus cursos y absorbe todo el material que diseñan para ayudarte a crecer. 

 

Sin embargo, antes de contratar un mentor, siempre, siempre, siempre…

 

Hacete estás 5 preguntas para dar con el mentor perfecto para vos.

  1. ¿Cuál es mi visión para mi negocio?
  2. ¿Quién tiene un recorrido similar al recorrido que yo quisiera hacer?
  3. Este mentor... ¿Se muestra como alguien transparente en las formas en las que se comunica?  Pensá al menos 3 ejemplos o situaciones que lo demuestren.
  4. Este mentor... ¿Te inspira, te hace soñar y dar ganas de ir por más? Pensá al menos 3 ejemplos o situaciones que lo demuestren.
  5. ¿Qué dicen de este mentor quienes han trabajado con él? ¿Te gusta lo que escuchás?

 

Lo bueno de tener un mentor, es que tu camino hacia el éxito será más corto y más rápido.  


Demorar tu decisión termina costándote más dinero que avanzar. Cada día que demorás tu decisión es un día más en que no estás creciendo.

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