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Identificá los 5 sesgos cognitivos más comunes y tomá mejores decisiones

Nov 14, 2022

Identificá los 5 sesgos cognitivos más comunes y tomá mejores decisiones

Durante mucho tiempo, los investigadores y economistas creían que los humanos tomaban decisiones lógicas y bien pensadas. Sin embargo, en las últimas décadas, descubrieron una amplia gama de errores mentales a los que llamaremos “sesgos cognitivos”.

Pero, ¿qué son los sesgos cognitivos? Y, ¿qué demuestran los sesgos cognitivos?

Un sesgo cognitivo es una interpretación equivocada de la información. En ocasiones, nubla nuestro razonamiento y nos lleva a tomar decisiones emocionales, irracionales y, por lo tanto, en la mayoría de ocasiones, erróneas. Esto sucede porque nuestro cerebro ejecuta varios procesos mentales al mismo tiempo y la probabilidad de que aparezcan los sesgos cognitivos son altas. 

De hecho, es natural que como seres humanos caigamos en estos errores mentales. Sin embargo, cuando los conocemos, podemos identificar si nuestro cerebro “está siendo engañado” por alguno de estos sesgos cognitivos y así evitarlos. 

Por eso, te traigo los cinco errores mentales más comunes que te impiden tomar buenas decisiones. Te quiero hablar de cuáles son los principales sesgos cognitivos que aparecen con más frecuencia en nuestras vidas, según los investigadores conductuales. 

 

1. Sesgo de supervivencia

Uno de los errores mentales más habitual es el sesgo cognitivo de supervivencia. Consiste en la tendencia de centrarnos en el método aplicado en los casos de éxito, mientras que olvidamos o no tenemos en cuenta aquellos casos que, usando la misma estrategia, fracasaron.

Podemos ver este tipo de error mental en los titulares de artículos o medios de comunicación online que aprovechan en su copywriting (redacción) nuestro sesgo cognitivo de supervivencia. Títulos como, por ejemplo, “8 cosas que la gente de éxito hace todos los días”, “El mejor consejo que Richard Branson ha recibido” o “Cómo se entrena Messi fuera de temporada”, están basados 100 % en el sesgo de supervivencia. 

Hablemos de estos sesgos cognitivos en ejemplos cotidianos

  • Es probable que haya miles de atletas que entrenan de forma muy similar a Messi, pero no llegaron a la selección. El problema es que nadie escucha sobre la historia de quienes nunca llegaron a la cima. Sobrevaloramos las estrategias, tácticas y consejos de quienes lo lograron, mientras que ignoramos cuántas personas aplicaron esas mismas estrategias, tácticas y consejos sin resultados.
  • Otro ejemplo, se dice mucho “¡Richard Branson, Bill Gates y Mark Zuckerberg abandonaron la escuela y se hicieron multimillonarios! No se necesita la escuela para tener éxito. Los emprendedores solo tienen que dejar de perder el tiempo estudiando y empezar”. Es muy posible que estas personas hayan triunfado a pesar de su trayectoria y no gracias a ella. Es decir, triunfaron a pesar de haber abandonado la universidad y no gracias a haber dejado la carrera. Hay miles de emprendedores con proyectos que no les funcionaron y ahora solo tienen cuentas bancarias llenas de deudas.

El sesgo cognitivo de supervivencia nos advierte que una estrategia de éxito puede no funcionar para nosotros o nuestro negocio. Pero, de forma indirecta, también nos dice que no sabemos qué pasará si tomamos esa estrategia como ejemplo y guía. Dentro de las posibilidades también está que nos ayude a alcanzar nuestros objetivos.

En conclusión, la enseñanza de este sesgo es mantenernos abiertos al panorama completo: hay tantas probabilidades de que pueda funcionar como de que no. No lo sabremos hasta aplicarla. Así, en caso de que no funcione, no nos frustraremos creyendo que el problema somos nosotros o estamos haciendo algo mal.

 

2. Sesgo de aversión a las pérdidas

Este sesgo deja en evidencia nuestra tendencia a preferir evitar las pérdidas en lugar de adquirir ganancias.

La tendencia del ser humano a evitar pérdidas, nos lleva a tomar decisiones poco inteligentes y a cambiar nuestro comportamiento (como mentir y hacer trampa), solo para conservar cosas que ya tenemos. Dicho de otra forma, estamos programados para proteger lo existente y, al no “soltar” eso, limitamos que otras opciones sucedan.

La pregunta es… ¿Por qué nos aferramos tanto a las cosas que tenemos?

Los investigadores demostraron que si alguien te da 10 dólares, experimentarás un pequeño aumento de satisfacción. Pero, si perdés 10 dólares, experimentarás una pérdida drástica de satisfacción. 

Sí, el monto es el mismo (10 dólares), pero no tienen el mismo efecto cuando los ganamos que cuando los perdemos. La emoción que sentimos es mucho más fuerte cuando perdemos que cuando ganamos.

Un sesgo cognitivo como ejemplo cotidiano puede ser:

  • Si compramos un par de zapatillas nuevas, va a generarnos un pequeño aumento de placer. Ahora, imaginemos que las zapatillas te quedaron chicas y nunca las usaste. A pesar de que siempre estuvieron guardadas en el placard y nunca las disfrutaste, regalarlas va a ser un proceso doloroso. Por alguna razón, no soportás desprenderte de ellas. Esto un claro ejemplo de qué son los sesgos cognitivos de aversión a la pérdida.
  • Otro ejemplo. Vas manejando y sentís una alegría leve cuando pasas el semáforo en verde. Sin embargo, te enojás muchísimo cuando el coche que está adelante tuyo no avanza y, por eso, te atrasás en cruzar la calle.

Perder la oportunidad de llegar al semáforo es mucho más doloroso que el placer de llegar a la luz verde. 

 

3. Sesgo de la disponibilidad

El sesgo de la disponibilidad se llama así porque nuestro cerebro toma la primera información disponible que encuentra respecto al tema que se está discutiendo. 

En otras palabras, damos más valor y credibilidad a lo primero que se nos viene a la mente.

Un sesgo cognitivo en un ejemplo cotidiano

  • Una investigación realizada por Steven Pinker, en la Universidad de Harvard, demostró que actualmente vivimos en la época menos violenta de la historia. Ahora mismo hay más gente viviendo en paz que nunca antes. 

La mayoría de las personas se niegan a creer esta afirmación. Piensan, “si esta es la época más pacífica de la historia, ¿por qué hay tantas guerras en este momento?, ¿por qué escucho noticias de violaciones, asesinatos y crímenes todos los días?, ¿por qué todo el mundo habla de tantos actos de terrorismo y destrucción?”.

La respuesta es que no solo estamos viviendo en la época más pacífica de la historia, sino que también es la de mayor información. Con la llegada de internet, la información sobre cualquier catástrofe o crimen está más disponible que nunca.

El porcentaje global de sucesos peligrosos está disminuyendo, pero la probabilidad de escuchar hablar de ellos está aumentando. En definitiva, el error de nuestra mente es confundir importancia con repetición. Que muchos medios reproduzcan una misma noticia o que lo hablen todas las personas en tu trabajo, no significa que ese hecho suceda con mayor frecuencia. Ni siquiera significa que esa noticia sea real. Recordemos que hay miles de noticias falsas dando vueltas por internet. 

Por otro lado, hay noticias de gran valor que, por no haber una masa de gente hablando de ellas, no tienen peso en la sociedad.

 

4. Sesgo de anclaje

En este sesgo nuestro cerebro se centra en la primera información que recibe sobre determinado tema, y la toma de referencia a la hora de decidir. Se llama "de anclaje" porque nuestra mente busca fundamentar sus ideas o toma de decisiones, comparando con esa primera información que lee o escucha.

El error mental que acá cometemos es el de creer que esa primera información es la más relevante. No nos cuestionamos qué otros datos relevantes existen sobre el tema que, por no tenerlos frente a nuestros ojos, no los estamos tomando en cuenta.

Este sesgo cognitivo en un ejemplo cotidiano

  • Vas a una hamburguesería y en el menú dice: “límite de 6 tipos de queso por hamburguesa”. 

Seguro, el primer pensamiento que vas a tener es: “qué absurdo, ¿quién pone 6 tipos de queso en una hamburguesa?”.

Y el segundo pensamiento es: “¿qué quesos voy a pedir?”.

El anclaje: por lo general solo elegirías un tipo de queso en la hamburguesa, pero cuando leés “LÍMITE 6 tipos de queso” en el menú, tu mente “se ancla” en un número mucho mayor de lo habitual. 

La mayoría de la gente no pedirá seis tipos de queso, pero esa ancla es suficiente para que suban de una feta de queso a dos o tres, y así aumente el ticket promedio. Entrás planeando una comida normal y salís preguntándote cómo fue que pagaste $3000 por una hamburguesa.

Este efecto se aprovecha en entornos comerciales. Por ejemplo, los empresarios descubrieron que si se dice “Límite de 12 productos por cliente”, la gente compra el doble, en comparación a si dice “Sin límite”.

  • Otro ejemplo de anclaje se ve en los precios de las vidrieras. Si el precio de un reloj nuevo es de $50.000, es posible que lo consideres demasiado alto para tu presupuesto. Sin embargo, si entrás en una tienda y ves un reloj de $200.000 en la parte delantera del expositor, de repente el reloj que habías visto de $50.000 que está a la vuelta de la esquina parece bastante razonable.

En este caso el ancla fue el valor del primer reloj que viste: $50.000. Usaste ese monto para comparar y tomar una decisión.

Las empresas que comercializan productos premium no esperan vender muchas unidades de sus artículos más costosos. Sus productos de alta gama cumplen el papel de “anclar” tu mentalidad y hacer que los productos de gama media parezcan mucho más baratos de lo que en realidad son.

 

5. Sesgo de confirmación

El sesgo de confirmación se basa en la tendencia a buscar información que favorezca o confirme nuestras creencias más arraigadas. Mientras que, al mismo tiempo, ignoramos la información que contradice dichas creencias. 

Por ejemplo, la persona A cree que el cambio climático es un problema grave. Esta persona solo busca y lee historias sobre la conservación del medio ambiente, el cambio climático y las energías renovables. Como resultado, la persona A sigue confirmando y apoyando sus creencias actuales.

Mientras tanto, la persona B no cree que el cambio climático sea un problema serio. Esta persona solo busca y lee historias que hablan de cómo el cambio climático es un mito, de por qué los científicos se equivocan y de cómo nos están engañando a todos. Como resultado, la persona B sigue confirmando y apoyando sus creencias actuales.

Cambiar de opinión es más difícil de lo que parece. Cuanto más creés que sabés algo, más filtrás e ignorás toda la información contraria. 

Este patrón de pensamiento se puede extender a casi cualquier tema. 

Por lo general, no es natural que formulemos una premisa y luego probemos varias maneras de demostrar que es falsa. En cambio, es mucho más probable que nos formemos una hipótesis, asumamos que es cierta y solo busquemos información que la apoya. La mayoría de las personas no quiere información nueva, sino datos que validen la que ya tienen.

 

Ahora que ya sabés qué son los sesgos cognitivos va a ser mucho más sencillo que identifiques tus errores mentales.

Conociendo esta información, seguramente querés evitar que estos sesgos te ocurran y estás pensando en cómo lograrlo. Sin embargo, no es tan sencillo. Lo primero importante a tener en cuenta es que hay muchas áreas de la vida cotidiana en las que los procesos mentales antes mencionados son muy útiles y no conviene eliminarlos.

Lo importante es desarrollar la habilidad de ser críticos para identificar en qué casos nos conviene evitar estos sesgos cognitivos y en qué casos nos conviene seguirles la corriente. La autoconciencia siempre va a ser una de nuestras mejores opciones.

Espero que este artículo te ayude a detectar estos sesgos cognitivos sobre todo a la hora de tomar decisiones importantes para tomar decisiones inteligentes.


*Artículo inspirado en el blog James Clear

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