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Usá el miedo al fracaso a tu favor y conquistá tus metas

Aug 01, 2022

Usá el miedo al fracaso a tu favor y conquistá tus metas

Emociones como el miedo, la ansiedad o la preocupación, causan malestar. En estas situaciones tu mente tiende a ahogarse en un vaso de agua imaginando “qué sucedería si…”. Es el famoso miedo al fracaso intentando atacar.

Lo que la mayoría de las personas desconoce, y quiero enseñarte en este artículo, es que podemos usar estas emociones "negativas" para ayudarnos a conseguir los resultados que deseamos.

¿Qué pasa si tengo miedo al fracaso? Las consecuencias son varias, pero dentro de las más importantes: genera parálisis y baja autoestima. Te comparás y creés que no sos capaz de hacer eso que tanto querés, sintiéndote poco valioso. Además, darle lugar a estos pensamientos, te alejan de tus objetivos.

Miedo al fracaso: causas

Por lo general, sentir miedo al fracaso se relaciona con buscar una valoración externa, antes que la propia. Otras, tiene que ver con una búsqueda del perfeccionismo. Pero también habla de una baja tolerancia a la frustración y un exclusivo foco en los resultados. Sea cual sea la causa, es importante saber que si no identificás estas emociones a tiempo, pueden agravarse.

¿Cómo se llama el miedo al fracaso? Se diagnostica bajo el nombre de atiquifobia. Un temor "persistente, anormal e injustificado a fracasar, a equivocarse o a cometer errores" que condiciona la calidad de vida de quienes lo sufren. Por eso, es fundamental que cuides tus pensamientos y seas consciente de que existen. 

 

El miedo existe por una razón

El miedo es parte de nuestra biología, no podemos evitarlo. Nos dice “¡cuidado!” y nos ayuda a protegernos de amenazas. Es un efecto acción-reacción natural e inteligente. 

Sin embargo, es importante analizarlo desde dos perspectivas para saber qué tipo de miedo estamos sintiendo a cada momento y, por lo tanto, cómo responder ante él:

  • La primera tiene que ver con el instinto de supervivencia. Este tipo de miedo es productivo, ya que, ante un peligro, es el que nos impulsa a correr en la dirección contraria o a ponernos a la defensiva para que no nos lastimen. Nos mantiene a salvo. Por ejemplo: si ves una estufa caliente, sabés que te podés quemar. O que si ves un tigre en el bosque tenés que huir.

  • En la segunda perspectiva hablamos del miedo desde la vulnerabilidad emocional. Este tipo de temor es el que tiende a boicotearnos. Si sos de las personas que tiene miedo a ser vulnerable, vas a hacer todo lo posible para no quedar expuesto. Por ejemplo, en lugar de compartir tus sentimientos sinceros, talentos o alegrías… Los esconderás. 

¿Conocés la frase “mejor malo conocido que bueno por conocer”? Las personas que la adoptan son quienes sienten a diario el segundo miedo. Prefieren lo que ya conocen, por más que no sea lo que desean, para evitar experimentar el miedo al fracaso o al rechazo. Pero esta reacción solo es útil en el corto plazo. En el largo plazo nos perjudica. Porque si nunca nos sentimos incómodos, es probable que nunca crezcamos.

La escritora Elisa Boxer señala que la mejor manera de determinar con qué tipo de miedo estamos tratando es preguntarse lo siguiente: 

"Este miedo, ¿está aquí para mantenerme a salvo o para hacerme pequeño?" 

La respuesta te mostrará si lo que sentís está tratando de protegerte física o emocionalmente. Es decir, reconocerás si estás frente a un peligro real o si es el miedo al fracaso intentando boicotear tus objetivos.

 

Cómo superar el miedo al fracaso

¿Qué hacer para no tener miedo al fracaso? Como vimos, este es un temor más relacionado con protegernos de un sentimiento, que de un peligro físico. Te cuento algunas técnicas efectivas que te pueden ayudar a evitar que el miedo al fracaso te paralice. Veamos cuáles son:

 

1. Ponele un nombre a tu miedo 

El momento en el que ponés en palabras lo que te pasa, reconocés que existe. Los investigadores creen que buscar un nombre para aquello que estás sintiendo “ayuda a gestionar las experiencias emocionales negativas”.

 

2. Reconocé tus propias emociones

Cuando bajás a palabras lo que sentís, estás siendo sincero con vos mismo. De esta forma, podés pasar de evitar el miedo a conquistarlo. Por ejemplo, digamos que tenés miedo a hablar en público. Si lo evitás, nunca vas a tomar las decisiones necesarias para superarlo.

Siguiendo el ejemplo, ahora digamos que tomás valor y lo reconocés escribiéndolo con palabras específicas: “Tengo miedo a hablar delante de un grupo”. 

 

3. Identificá el origen de tu temor

Ahora tenés que descubrir cuál es la vulnerabilidad emocional que buscás evitar y preguntarte si es una amenaza real a tu bienestar.

Este miedo podría protegerte de la vergüenza y la incomodidad que sentís cuando estás frente a personas (en otras palabras: el miedo al fracaso). La realidad es que, en el peor de los casos, puede que te olvides de decir una o dos frases de tu discurso (no es el mismo tipo de peligro que el tigre que merodea por el bosque). Las consecuencias de dejar que el miedo desde la vulnerabilidad emocional determine tus acciones, pueden ser graves. Por ejemplo: podría poner un freno a tu carrera profesional.

 

4. Buscá técnicas de motivación para superarlo

¿Qué pasa si querés crecer en redes sociales y resulta que para lograrlo vas a tener que hacer videos y hablar en público? Tu miedo a hablar en público podría evitarte la vergüenza, pero también te alejaría de tu objetivo.

El hecho de que tengas miedo a algo no significa que estés atrapado ahí para siempre. La idea es que conviertas ese temor en tu propio objetivo.

Como explica el autor de "Este proceso de 2 pasos puede sacarte del miedo y llevarte a la acción":

"Una vez que reconozcas de qué está tratando de protegerte tu miedo, podés usar esa percepción para tomar la decisión consciente de no seguir siendo pequeño". 

Recuerda esta frase porque acá está la clave sobre cómo superar el miedo al fracaso.

 

5. Planificá metas realistas

Empezá con algo pequeño. Tal vez decidís entregar alguna información nueva, cara a cara, a un grupo chico de personas. Una vez que hayas conquistado eso, tal vez te pongas como objetivo hablar una vez en la llamada semanal de Zoom de tu equipo. Con tu miedo nombrado, reconocido e interpretado, vas a ser capaz de avanzar. Lograrás cosas fuera de serie sin que el miedo al fracaso se interponga.

Y vos, ¿ponés nombre a tus miedos y los enfrentás? ¿O los estás evitando? Ahora ya sabés qué hacer para alcanzar tus objetivos.

 


*Artículo inspirado en el blog One Thing

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