La lucha por decir que sí a todo: practicá el NO

La lucha por decir que sí a todo: practicá el NO

Decir “sí” te hace sentir bien. Entonces, decís…

• Sí, a las nuevas oportunidades.
• Sí, a ayudar en un proyecto.
• Sí, a ir a una fiesta.
• Sí, solo para ser educado.

Sin embargo, olvidamos que decir “sí” a algo significa decir no a otra cosa. Este hecho es importante, sobre todo, al elegir nuestras áreas de crecimiento. Vas a descubrir que no siempre obtenemos una mayor recompensa por decir que sí a la totalidad de las oportunidades que se nos presentan. La mayoría de las veces, incluso, resulta ser una distracción que nos aleja de nuestra meta.

Te dejo 2 maneras de evaluar lo que podés ganar al decir “no” o lo que podés perder al decir “sí”.

Considerá cuánto vale tu tiempo

Elisabeth Gilbert, la autora de “Comer, Rezar, Amar”, participó en la Conferencia de Mujeres de Texas (2019) y habló de la lucha por decir que sí a todo. Durante su discurso, relató su vida en la ciudad de Nueva York. Por aquel entonces, ella quería ser escritora, pero se encontraba con la dificultad de nunca tener tiempo para escribir. En varias ocasiones, compartía sus problemas con una mujer de su barrio que se convirtió en su mentora.

"¿Cómo va tu escritura?", le preguntaba su guía. A lo que Gilbert solía responder que no muy bien. A esto le seguía una lista de infinitas razones: tenía cosas que hacer con su novio, mucho trabajo, sus compañeros de departamento la distraían y la habían invitado a un viaje.

Una noche, después de hacer esta misma pregunta y escuchar a Elisabeth dar otra razón más por la que no dedicaba nada de su tiempo a escribir, su mentora la interrumpió diciéndole:

—¿A qué estás dispuesta a renunciar para tener la vida que seguís fingiendo que querés?

“Mi mentora me hizo la pregunta más importante que nadie me ha hecho. Y puedo decir que mi vida depende de esa pregunta”, expresó la escritora.

Era un interrogante poderoso que estimuló a Gilbert a actuar. La respuesta a esta pregunta le llevó a escribir su primer libro.

Con esa pregunta, Gilbert, fue expuesta como alguien que seguía diciendo que sí a todo. Y decir “sí” a todo era lo que estaba impidiendo su crecimiento como persona y escritora. Lo que su mentora le enseñó fue el poder (y, en ocasiones, el esfuerzo) de decir "no". Solo cuando ella empezó a decir que no, tanto a las cosas que no quería hacer como también a las que quería hacer (pero la alejaban de su objetivo), pudo al fin crear la vida que deseaba.

Eso no significa que tengamos que renunciar a ayudar a los demás o a sumergirnos en experiencias divertidas. Lo que quiere decir es que tenemos que ser prudentes con nuestro tiempo. El tiempo es un recurso finito.

Ojalá esta elección estuviera siempre clara.

Todos sabemos qué decir que no a estar en Instagram y sí a trabajar en un proyecto es un mejor uso de nuestro tiempo. Ojalá siempre fuera así de sencillo.

¿Y si nos ofrecen dos oportunidades igual de atractivas? ¿O si un amigo nos pide que le demos una mano en un proyecto del trabajo? ¿Y si surge la oportunidad de hacer algo divertido? A veces es difícil no caer en la tentación.  Fijate, siempre, de mantener tus prioridades claras.

No todo importa por igual: El principio 80/20

En 1906, el economista italiano Vilfredo Pareto publicó el Manual de Economía Política. Un tratado económico que abarcaba diversos temas. Sin embargo, un análisis en particular llegaría a ser influyente: el Principio de Pareto, o "regla del 80/20".

En un inicio, Pareto observó que el 80% de las tierras de cultivo italianas eran propiedad de apenas el 20% de la población. A partir de ese estudio, comenzó a sacar deducciones en cuanto a la riqueza. Se dio cuenta de que esta estaba, casi siempre, en manos de un pequeño porcentaje de la población. Este concepto de distribución desigual se aplicó, de forma análoga a través del Principio de Pareto, a otros ámbitos. Se empezó a considerar como una "ley universal" y es posible aplicarla también a nuestro propio esfuerzo y resultados.

Como describe Richard Koch en su libro El principio 80/20:

"El principio 80/20 afirma que una minoría de causas, insumos o esfuerzos suele conducir a una mayoría de los resultados, productos o recompensas".

Si querés crecer, pero sabés que tu tiempo para hacerlo es limitado, lo importante es qué hacés con esas horas que tenés. Porque, a pesar de que nos gustaría creer lo contrario, no todo importa por igual. Algunas cosas tienen más poder, más significado. Hay oportunidades que te llevarán más lejos en tu camino de crecimiento. Dedicar tiempo a identificarlas va a ayudarte a poner tu energía en esos esfuerzos y obtener aquello que deseás. Esas áreas de enfoque corresponden a tu 20% (el pequeño porcentaje de tareas que produce los mayores resultados).

Cuando te enfrentes a la oportunidad de hacer algo, tomate unos minutos para decidir si está en tu 20% o en tu 80%. Si está dentro de tu 80%, es el momento de recordar estas dos letras que forman una palabra mágica y poderosa: N y O. Decir “no” es una parte necesaria para tomar el control de tu tiempo y alcanzar el éxito.

Al final del día, Elisabeth Gilbert se dio cuenta de que aquello que interfería con su escritura formaban parte de su 80%. Eran cosas menores que le consumían el tiempo y no la ayudaban a lograr lo que quería hacer. Por eso, tuvo que reorientar y centrarse en su 20%. Solo entonces pudo crear el hábito de escribir en su tiempo libre y alcanzar su objetivo: publicar su primer libro.

¿Qué tareas a las que hoy les dedicas tiempo corresponden a tu 80% y, sin darte cuenta, te están alejando de tu objetivo?

*Inspirado en el blog The ONE Thing