Cuando empezamos con nuestro negocio, nuestra propia inseguridad de todavía vernos chiquitos hace que miremos a los competidores con cierto recelo porque los sentimos una amenaza.
Pensamos que, como llevan más tiempo en el mercado, nuestros clientes potenciales los van a preferir a ellos. Es normal al principio tener este tipo de pensamientos y sentimientos.
Pero para avanzar, necesitamos corrernos de ese lugar para empezar a ver a nuestros competidores como aliados. Pensarás… ¿Cómo voy a pasar de sentirlo como mi peor enemigo a verlo como un aliado? Sé que en tu cabeza suena casi imposible. Pero voy a darte 2 razones que te van a hacer cambiar de opinión.
Entrar a un mercado sin competidores es el sueño de todo emprendedor. Imaginan la porción de la torta completa para ellos, vendiendo un montón y haciéndose millonarios en pocos meses.
Pero la realidad es muy diferente. Además de que hoy en día esto es muy difícil porque todos los mercados ya están ocupados, entrar a un mercado sin competencia implica un trabajo muy arduo de comunicación. Porque si tu producto o servicio es nuevo, es probable que tus potenciales clientes ni siquiera sean conscientes de que lo necesitan, no sepan cómo se usa ni tampoco cómo los va a ayudar. Como pionero, te toca educarlos.
Después de todo ese trabajo, para cuando hayan entendido de qué se trata tu producto o servicio y empiezan a comprarte, ya van a empezar a surgir otras marcas haciendo lo mismo.
Al final… ¡Tener competidores tiene sus beneficios! Además...
Todo estudio de posicionamiento siempre incluye un análisis de la competencia que nos permite ver qué están haciendo los demás para reflexionar sobre qué están haciendo bien y qué podrían mejorar. Desde esa mirada, nuestros competidores son grandes aliados que, sin saberlo, nos muestran lo que funciona y lo que no, nos inspiran y nos ayudan a ver puntos de mejora que se pueden hacer en el rubro.
¿Qué analizamos de cada competidor? Te lo cuento...
En Instagram:
En LinkedIn (página personal del emprendedor):
En sus páginas web:
Te recomiendo que te sientas un día a hacer la tabla y la dejes reposar durante siete días. Volvé a la semana siguiente y analizala . Al tomar distancia, vas a ver esa información con otros ojos y vas a sacar conclusiones que en el momento en que la creaste, no se te hubieran ocurrido.
Cuando hayas terminado, vas a ver qué aspectos de tu oferta superan a los de la competencia, y sentir confianza por eso, y también vas a ver qué puntos aún tenés que mejorar. Cuando llegues aquí, te recomiendo que hagas un plan e implementes las mejoras.
ALL RIGHTS RESERVED.