Si leíste los últimos dos artículos ( "Aprendé a pensar con mentalidad empresarial para llevar tu negocio al próximo nivel" y "¡Cuidado! Evitá el error que cometen muchos emprendedores al definir su propósito que frena su crecimiento" ) y los aplicaste, ¡ya ¡Hiciste gran parte del trabajo! Además, tu mentalidad ya empezó a cambiar.
Paso a paso estás empezando a pensar más como empresario (y menos como emprendedor). Ahora solo tenés que seguir por este camino para construir la empresa en la que siempre soñaste trabajar y que genere los resultados que cada día imaginas alcanzar.
Después de haber analizado tus acciones diarias y haber hecho algunas definiciones importantes, como lo son tu propósito personal y empresarial, es momento de… ¡Pasar a la acción para convertirte en el líder empresario que deseas ser!
Como emprendedores, muchas veces, el día a día nos lleva por delante: las urgencias, los imprevistos y tareas a las que dedicamos mucho tiempo porque creemos que son importantes, pero cuando nos sentamos a analizar, resulta que al final no eran una pieza clave. . . para llegar adonde queremos.
Llegó la hora de tomar decisiones importantes que determinarán el futuro de tu negocio.
Ahora que ya sabes en qué se te van las horas de tu día y ves claro hacia dónde quieres ir con tu empresa, tenés todas las herramientas para decidir en qué tareas necesitás enfocar tu atención, y en cuáles no, para utilizar ese tiempo en pensar. . . las estrategias que son necesarias para alcanzar los resultados que deseas.
Para eso, te propongo la siguiente actividad:
El objetivo es liberarte tiempo de tareas operativas para ocuparlo en tareas estratégicas que te acerquen a cumplir el propósito de tu negocio.
¿Listo? Ahora escribí debajo del cuadro, o detrás de la hoja, 3 temas en los que te comprometes a tomar acción. Recordá que sean temas o acciones estratégicas, es decir, que te acerquen a cumplir con los objetivos que te propusiste en tu empresa.
Todo tema en el que prometemos tomar acción, debemos desglosarlo en pequeñas tareas para evitar procrastinar. Los grandes objetivos que no vemos claro cómo llegar, suelen aterrarnos y por eso los terminamos postergando. Por eso te quiero proponer:
Recordá: un empresario siempre se hace un hueco en la agenda para acciones estratégicas que ayuden a su negocio a seguir creciendo cada vez más y construir una empresa en la que disfrute trabajar.
Reserva 1 hora a la semana, en principio, para destinar a una tarea estratégica. Cuando comienzas a ver cómo tu negocio se transforma gracias a esa acción, tu motivación cada vez va a ser mayor para seguir por ese camino.
Además, si elegís dedicar esa hora a acciones claves que te liberen tiempo de la agenda, como delegar ciertas tareas o eliminar actividades que pueden hacer otras por vos, e inclusive mejor que vos, optimizando tus procesos , en poco tiempo tendrás más que un pequeño hueco en tu agenda para dedicar a la planificación estratégica de tu negocio.
¡Manos a la obra! Los empresarios que reemplazan las excusas por pequeñas son los que logran construir la empresa de sus sueños.
“No importa qué tan lento vayas mientras no te detengas” - Confucio.
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